DEBATE
SOCIAL/ DERECHO LABORAL EN LAS CARCELES
Mis estimados lectores en la presente columna abordaremos una
problemática social que se ha ido incrementado, con base en acontecimientos que
llegaron a la opinión pública. El día miércoles 11 del presente, leyendo el
diario La Razón
de Chivilcoy como lo hago todas las mañanas, me encuentro con una noticia de
índole Nacional, que reflota un viejo dilema.
El sistema carcelario, contra la
legislación laboral vigente. El trabajo en las cárceles y los derechos laborales
de los presos vuelven a estar en tema de debate. Cabe recordarle al lector, que
a fines de año pasado, la polémica se desató cuando la Cámara Federal de Casación Penal había hecho lugar a
un hábeas corpus colectivo, disponiendo en dicha jurisprudencia,
la aplicación del régimen laboral para los convictos con idénticos derechos que
los de una persona libre.
Antes de que se realice cualquier
juicio de valor, es imperioso otorgarles datos importantes para comprender el
debate. En la actualidad son aproximadamente 22.000 presos en cárceles
argentinas que realizan tareas, porcentualmente casi el 37% del total de presos
en nuestro país trabajan. Por otro lado, la Ley 24.660 (de Ejecución de la pena
privativa de la libertad) establece que las personas detenidas en las cárceles
argentinas tienen derecho al trabajo remunerado. La normativa determina que el
trabajo "no se impondrá como castigo, no será aflictivo, denigrante,
infamante ni forzado, propenderá a la formación y al mejoramiento de los
hábitos laborales y procurará la capacitación del interno para desempeñarse en
la vida libre y deberá ser remunerado". Fundamentos que comparto de
sobremanera. El caso puntual citado precedentemente, se dio debido a un preso
Renzo Germán Ranieri, para ser más específico, quien fue condenado a prisión
perpetua en septiembre de 2004. En la presente situación el Sr. Ranieri se
encontraba prestando labores para la cárcel de Devoto, cobraba seis mil pesos
por su labor, una vez trasladado a Ezeiza es que supuestamente alteraron sus
condiciones de trabajo, cambiando el horario tanto de ingreso como de egreso de
su actividad, por lo que lo consideró una injuria laboral (lo cual comparto) y
se consideró despedido reclamando como cuantía la módica suma $60.000 pesos.
Es dable
destacar, que sino se aprueba un reglamento de trabajo específico para la cárcel,
entonces se aplica subsidiariamente la
Ley de Contrato de Trabajo. Se dijo que la procuración se
pondría a trabajar al efecto, pero aún no hay noticias. Estos leading case, que
sostienen la aplicación taxativa de la
LCT , conllevan a que los presos se aggiornarian y pedirían
todos los componente de la LCT ,
incluyendo diferencias salariales, vacaciones y demás ítems.
Naturalemte la
presente medida tal cual como se aplica, resulta incompatible con la normativa
laboral para las cárceles, que al día de la fecha, no es más que otra laguna
jurídica.
Entendamos que el
traslado de un preso, es muy resistido, imaginemos un preso que se encuentra en
provincia de Buenos Aires con trabajo y es trasladado al Chaco, se encuentra en
una nueva cárcel, posiblemente ésta vez sin un trabajo por ese traslado o sus
condiciones de trabajo si es que tiene trabajo, no son adecuadas a las que
anteriormente tenía (ello conlleva a la aplicación de un instituto laboral
denominado “ius variandi”, ejerciendo quien otorga un puesto de trabajo,
modificaciones ESCENCIALES en el contrato de trabajo que causen daño moral o
material en el trabajador).
Aunque sea motivo
de discordia social el presente tema, es mi humilde criterio, sostener que si
la persona libre pretende que el preso al reinsertarse en la sociedad, tenga
valores similares a los suyos, me parece propicio, fomentar a su educación en
la propia cárcel, la cual suele alojarlos demasiado tiempo. Ello siempre en
miras a garantizar el principio contemplado en nuestra carta marga, el
principio constitucional de igualdad consagrado en el artículo 16, que
garantiza la igualdad formal-jurídica de todos sus ciudadanos por cuanto dice:
"Todos sus habitantes son iguales
ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad.",
con más la igualdad de trato fundada en el Artículo 81 de la Ley de Contrato de Trabajo,
sin discriminación por motivos de sexo, raza, religión (todo ello con
fundamento en el Art. 14bis CN)
Por último a modo
reflexivo creo tenazmente en PERDONAR y DAR OTRA OPORTUNIDAD, mi utópico anhelo
es, que algún día se puedan realizar microemprendimientos en las cárceles que
sean rentables para las personas cuando están detenidas y a su vez les permita
trabajar de ello cuando salen. Es la mejor manera de reinsertar a un individuo
que tuvo que pasar por el infierno que es una cárcel. Les dejo la reflexión de:
querer personas con valores y cultura del trabajo al finalizar una condena o a
personas resentidas con el sistema y su control punitivo. Hasta la próxima…
Dr. Langone Emmanuel
Dr. Emmanuel Langone
ResponderBorrarDe mi mayor consideración:
Buscando trabajo me encuentro de casualidad con su nota sobre los presos que trabajan del año 2015.
No acostumbro a exponer mis ideas en redes sociales porque entiendo que invitan a la opinión ligera. Y ello no es buen camino para para una conducta adulta. Pero el leer su nota no me ha dejado indiferente. Comparto ampliamente el sentido de sus expresiones en los distintos párrafos y mucho más el último en el cual hace referencia los microemprendimientos.
He pensado largamente sobre el problema que hemos dado en llamar "inseguridad" y luego de 3 décadas y con mucho esfuerzo he podido entender el verdadero problema es la marginación. Cualquier sistema inventado por el hombre pero mucho más en el capitalista es necesario que el progreso de unos sea a costa de otros.
Lo invito a que vea el reportaje al ex juez Eugenio Zaffaroni por canal encuentro y también el reportaje a Dante Gullo en donde pasan un fragmento de una entrevista a Perón en donde habla de esta lucha.
Con la intención de aportar a su anhelo no utópico sino de hombre de bien me permito decirle que la creación de parques hidropónicos a espejo de los industriales son la solución para la paz en nuestro planeta tierra.
En los parques hidropónicos habría trabajo para todos. Desde los más pequeños hasta los ancianos y discapacitados motrices.
De manera desafortunada, la ambición desmedida de unos pocos profundizará el espanto.
Lo saludo atentamente.
Juan Manuel Tineo